PREFACIO DEL BAUTISMO
EL BAUTISMO, INICIO DE LA VIDA NUEVA
Este prefacio se puede decir en la misa del bautismo.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, y exaltar tu nombre, Padre santo y
misericordioso, por Jesucristo, Señor y Redentor nuestro.
Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el sacramento del nuevo
nacimiento.
Tú has querido que del corazón abierto de tu Hijo manara para nosotros el don
nupcial del Bautismo, primera Pascua de los creyentes, puerta de nuestra
salvación, inicio de la vida en Cristo, fuente de la humanidad nueva.
Del agua y del Espíritu engendras en el seno de la Iglesia, virgen y madre, un
pueblo de sacerdotes y reyes, congregado de entre todas las naciones en la
unidad y santidad de tu amor.
Por este don de tu benevolencia tu familia te adora y, unida a los ángeles y a los
santos, canta el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
En las plegarias eucarísticas se hace el recuerdo de los recién bautizados.
PREFACIO DE LA CONFIRMACIÓN
MARCADOS CON EL SELLO DEL ESPÍRITU
Este prefacio se puede decir en la misa del confirmación.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, fuente y
origen de todo bien.
Tú, en el Bautismo, das nueva vida a los creyentes y los haces partícipes del
misterio pascual de tu Hijo.
Tú los confirmas con el sello de tu Espíritu, mediante la imposición de manos y
la unción real del crisma.
Así, renovados a imagen de Cristo, el ungido por el Espíritu Santo y enviado para
anunciar la buena nueva de la salvación, los haces tus comensales en el
banquete eucarístico y testigos de la fe en la Iglesia y en el mundo.
Por eso nosotros, reunidos en esta asamblea festiva para celebrar los prodigios de
un renovado Pentecostés, y unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el
himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
En las plegarias eucarísticas se hace el recuerdo de los recién
confirmados.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA I
El SACRIFICIO Y EL SACRAMENTO DE CRISTO
56. El siguiente prefacio se dice en la misa «de la Cena del Señor»,
también puede decirse en la solemnidad del santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo y en
las misas votivas de la santísima Eucaristía.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
El cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio perenne primero
se entregó a ti como víctima de salvación, y luego nos mandó ofrecerlo en
su memoria.
Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, somos fortalecidos, cuando bebemos su
sangre, derramada por nosotros, somos purificados.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con
toda la milicia del ejército celestial, cantamos el himno de tu gloria,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la
tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA II
LOS FRUTOS DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
57. El siguiente prefacio se dice en la solemnidad del santísimo Cuerpo y Sangre
de Cristo y en las misas votivas de la santísima Eucaristía.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor
nuestro.
El cual, mientras comía con sus apóstoles en la última cena, y para perpetuar el
Memorial salvífico de la Cruz, se ofreció a ti como Cordero inmaculado, y culto de la
perfecta alabanza.
Por este venerable misterio alimentas y santificas a tus fieles, a fin de que todos
los hombres que conviven en un mismo mundo, sean iluminados por una misma fe y
congregados en una misma caridad.
Por tanto, nos acercamos a la mesa de tan admirable sacramento, para que llenos de
la suavidad de tu gracia seamos transformados en el hombre celestial.
Por eso, Señor, todas las creaturas del cielo y de la tierra te adoran entonando un
cántico nuevo, y también nosotros, unidos a los ángeles, te alabamos,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA III
LA EUCARISTÍA, VIÁTICO PARA LA PASCUA ETERNA
Este prefacio se puede decir en la misa del viático.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, es bueno bendecir tu nombre, Padre santo, Dios de
misericordia y de paz.
Porque has querido que tu Hijo obediente hasta la muerte de cruz, nos precediera en el
camino del retorno a ti, término de toda esperanza humana.
En la Eucaristía, testamento de su amor, él se hace comida y bebida espiritual,
para alimentarnos en nuestro viaje hacia la Pascua eterna.
Con esta prenda de la resurrección futura, en la esperanza participamos ya de la
mesa gloriosa de tu reino y, unidos a los ángeles y a los santos, proclamamos
el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
En las plegarias eucarísticas se hace el recuerdo del que recibe el viático.
PREFACIO DE LA PENITENCIA
EL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN EN EL ESPÍRITU
Este prefacio se puede decir en el tiempo de Cuaresma. Se dice también en las
misas de reconciliación en las otras misas de carácter penitencial.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo alabarte y darte gracias, Padre santo, Dios todopoderoso, por
tus beneficios, sobre todo por la gracia del perdón.
Al hombre, náufrago a causa del pecado, con el sacramento de la reconciliación le
abres el puerto de la misericordia y de la paz, en Cristo muerto y resucitado.
Con el poder de tu Espíritu, has dispuesto para la Iglesia, santa y al mismo tiempo
necesitada de penitencia, una segunda tabla de salvación después del Bautismo,
y así la renuevas incesantemente, para congregarla en el banquete festivo de tu
amor.
Por este don de tu benevolencia unidos a los ángeles y a los santos, cantamos, a
una voz, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
EL SUFRIMIENTO, PARTICIPACIÓN EN LA PASCUA DE CRISTO
Este prefacio se puede decir en las misas de Unción de los enfermos.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, Dios de misericordia, Señor todopoderoso, por
Jesucristo, Señor y Redentor nuestro.
Porque has querido que tu único Hijo, autor de la vida, médico de los cuerpos y de
las almas, tomase sobre sí nuestras debilidades, para socorrernos en los
momentos de prueba y santificarnos en la experiencia del dolor.
En el signo sacramental de la Unción, por la oración de la Iglesia, nos libras
del pecado, nos confortas con la gracia del Espíritu Santo y no haces
partícipes de la victoria pascual.
Por este signo de tu benevolencia, unidos a los ángeles ya a los santos, cantamos,
a una voz, el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LAS ORDENACIONES
CRISTO, ORIGEN DE TODO MINISTERIO ECLESIAL
Este prefacio se puede decir en las misas de las ordenaciones.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, alabarte y darte gracias, Padre santo, Dios
omnipotente y misericordioso, de quien proviene toda paternidad en la comunión
del Espíritu.
En tu Hijo Jesucristo, sacerdote eterno, siervo obediente, pastor de los pastores,
has puesto el origen y la fuente de todo ministerio, en la viva tradición
apostólica de tu pueblo peregrino en el tiempo.
Con la variedad de los dones y de los carismas tú eliges dispensadores de los
santos misterios, para que en todas las naciones de la tierra se ofrezca el
sacrificio perfecto, y con la Palabra y los sacramentos se edifique la Iglesia,
comunidad de la nueva alianza, templo de tu gloria.
Por este misterios de salvación, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con
gozo el himno de tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
En las plegarias eucarísticas se hace el recuerdo de los recién ordenados.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA I
LA MATERNIDAD DE LA VIRGEN MARÍA
58. El siguiente prefacio se dice en las misas de la Virgen María haciendo mención,
en el lugar correspondiente, de la fiesta, según se indica en cada misa.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir
y proclamar tu gloria en la ... de Santa María, siempre Virgen.
Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo, y, sin perder la
gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor
nuestro.
Por él, todos los ángeles celebran tu grandeza, la adoran las dominaciones, se
estremecen las potestades; los cielos y las virtudes celestiales unidos a los
gloriosos serafines la celebran en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA II
LA IGLESIA ALABA A DIOS CON LAS PALABRAS DE MARÍA
59. El siguiente prefacio se dice en las misas de la Virgen María.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, reconocer tu grandeza en la
perfección de los santos, y sobre todo, en esta conmemoración de Santa María
Virgen, glorificar tu bondad con su mismo cántico de alabanza.
En verdad hiciste maravillas en toda la tierra y prolongaste de generación en
generación la generosidad de tu misericordia, cuando miraste la humildad de tu
servidora, y, por medio de ella, nos diste al autor de nuestra salvación, tu
Hijo, Jesucristo Señor nuestro.
Por él, adoran tu grandeza los ángeles que se alegran eternamente en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces, cantando alegremente:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA III
MARÍA, SIGNO DE CONSUELO Y DE ESPERANZA
Este prefacio se dice en las misas de la Santísima Virgen.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Te alabamos y te bendecimos por Jesucristo, tu Hijo, en esta fiesta (memoria) de la
bienaventurada Virgen María.
Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón;
admirablemente unida al misterio de la redención, perseveró con los apóstoles
en la plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro
camino como signo de consuelo y de firme esperanza.
Por este don de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos
nuestro canto y proclamamos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA IV
MARÍA, IMAGEN DE LA HUMANIDAD NUEVA
Este prefacio se dice en las misas de la Santísima Virgen.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, Padre santo, fuente de la vida y de la alegría.
Porque en esta etapa final de la historia has querido revelarnos el misterio escondido
desde siglos, para que así el mundo entero retorne a la vida y recobre la
esperanza.
En Cristo, nuevo Adán, y en María, nueva Eva, se revela el misterio de tu
Iglesia, como primicia de la humanidad redimida.
Por este inefable don la creación entera, con la fuerza del Espíritu Santo,
emprende de nuevo su camino hacia la Pascua eterna.
Por eso nosotros, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno
de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO DE LOS ÁNGELES
LA GLORIA DE DIOS MANIFESTADA EN LOS ÁNGELES
60. El siguiente prefacio se dice en las misas de los santos ángeles.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabarte en tus ángeles y arcángeles, porque la honra que tributamos a los que
te fueron fieles, se convierte en gloria y alabanza tuya y, por grande que sea
su esplendor, tú demuestras cuán inmenso eres, y que has de ser honrado sobre
cualquier creatura, por Jesucristo, Señor nuestro.
Por quien la multitud de los ángeles celebra tu grandeza; y nosotros nos unimos en
exultante adoración, cantando con ellos el cántico de alabanza:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE SAN JOSÉ ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA
LA MISIÓN DE SAN JOSÉ
61. El siguiente prefacio se dice en las misas de San José.
V.El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la ... de San José. El es el varón
justo que diste como esposo a la Virgen Madre de Dios, y el servidor fiel y
prudente que pusiste al frente de tu familia, para que haciendo las veces de
padre, cuidara a tu único Hijo, concebido por obra del Espíritu Santo,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, todos los ángeles celebran tu grandeza, la adoran las dominaciones, se
estremecen las potestades; los cielos y las virtudes celestiales unidos a los
gloriosos serafines la celebran en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES I
LOS APÓSTOLES, PASTORES DEL PUEBLO DE DIOS
62. El siguiente prefacio se dice en las misas de los Apóstoles.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque, como Pastor eterno, no abandonas a tu rebaño, sino que por medio de tus santos
Apóstoles siempre lo proteges y conservas, para que sea gobernado por aquellos
mismos pastores que tú le diste como vicarios de tu Hijo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con
toda la milicia del ejército celestial, cantamos un himno a tu gloria, diciendo
sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS APÓSTOLES II
EL FUNDAMENTO Y EL TESTIMONIO APOSTÓLICO
63. El siguiente prefacio se dice en las misas de los Apóstoles y Evangelistas.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno: por Jesucristo, Señor
nuestro.
Porque quisiste edificar tu Iglesia sobre el fundamento de los Apóstoles, para que
ella permaneciera siempre en la tierra como el signo de tu santidad y anunciara
a todos los hombres las verdades eternas.
Por eso, ahora y para siempre, con la multitud de los ángeles te cantamos
fervorosamente aclamando y diciendo:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS SANTOS I
LA GLORIA DE LOS SANTOS
64.El siguiente prefacio se dice en las misas de los Santos, de los
Santos Patronos y titulares de la iglesia, y en las solemnidades y fiestas de los Santos
si no tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre
y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres glorificado en todos tus santos y al coronar sus méritos coronas tus
propios dones. Tú nos das el ejemplo de su vida, nos haces vivir en comunión
con ellos y nos aseguras la ayuda de su intercesión, para que estimulados por
esta muchedumbre de testigos, lleguemos victoriosos a la meta y recibamos con
ellos la corona incorruptible de la gloria, por Jesucristo, Señor nuestro.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, y con la multitud de los santos, te
cantamos un himno de alabanza, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS SANTOS
LA ACCIÓN DE LOS SANTOS
65. El siguiente prefacio se dice en las misas de los Santos,
de los Santos Patronos y titulares de la iglesia, y en las solemnidades y fiestas
de los Santos si no tienen prefacio propio.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor
nuestro.
Con el testimonio admirable de tus santos, fecundas a tu Iglesia con vitalidad siempre
nueva y nos das pruebas evidentes de tu amor. A la vez, su valioso ejemplo nos
anima y su bondadosa intercesión nos ayuda para hacer efectiva nuestra salvación.
Por eso, Señor, llenos de alegría, con todos los ángeles y santos, te aclamamos,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS SANTOS MÁRTIRES
EL SIGNO Y EL EJEMPLO DEL MARTIRIO
66. El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos Mártires.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre que derramó el mártir San... por confesar tu nombre, a ejemplo de
Cristo, pone de manifiesto la acción admirable con que tú robusteces nuestra
debilidad y nos das fuerza para ser tus testigos, por Jesucristo, Señor
nuestro.
Por eso, con los coros celestiales te alabamos en la tierra, aclamando sin cesar tu
grandeza:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
PRESENCIA DE LOS SANTOS PASTORES EN LA IGLESIA
67. El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de los santos
Pastores.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor
nuestro.
Porque hoy alegras a tu Iglesia en la fiesta de San... fortaleciéndola con el ejemplo
de su piadosa vida, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su
valiosa intercesión.
Por eso con la multitud de los ángeles y santos, te cantamos el himno de alabanza,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
PREFACIO DE LAS SANTAS VÍRGENES Y DE LOS SANTOS RELIGIOSOS
EL SIGNO DE LA VIDA CONSAGRADA A DIOS
68. El siguiente prefacio se dice en las solemnidades y fiestas de las santas Vírgenes
y de los santos Religiosos.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y celebrar tu admirable providencia que tanto resplandece en aquellos santos que
se entregaron a Cristo por el Reino de los Cielos. Porque de esa manera tú
elevas la naturaleza humana a su santidad original y nos permites experimentar
anticipadamente los bienes que vamos a poseer en el Cielo.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra
de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.