COMÚN DE MÁRTIRES
I Vísperas
HIMNO
Para varios mártires:
Espíritus sublimes,
¡oh mártires gloriosos!,
felices moradores
de la inmortal Sión,
rogad por los que luchan
en las batallas recias,
que alcancen la victoria
y eterno galardón.
¡Oh mártires gloriosos
de rojas vestiduras,
que brillan con eternos
fulgores ante Dios!
Con vuestro riego crezca
de Cristo la semilla,
y el campo de las mieses
se cubra ya en sazón. Amén.
Para un mártir:
Oh Dios, que eres el premio, la corona
y la suerte de todos tus soldados,
líbranos de los lazos de las culpas
por este mártir a quien hoy cantamos.
Él conoció la hiel que está escondida
en la miel de los goces de este suelo,
y, por no haber cedido a sus encantos,
está gozando los del cielo eterno.
Él afrontó con ánimo seguro
lo que sufrió con varonil coraje,
y consiguió los celestiales dones
al derramar por ti su noble sangre.
Oh piadosísimo Señor de todo,
te suplicamos con humilde ruego
que, en el día del triunfo de este mártir,
perdones los pecados de tus siervos.
Gloria eterna al divino Jesucristo,
que nació de una Virgen impecable,
y gloria eterna al Santo Paracleto,
y gloria eterna al sempiterno Padre. Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Para varios mártires: Muchos tormentos sufrieron los santos antes de alcanzar la palma del martirio.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: Si uno se pone de mi parte ante los hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante el Padre.
(T. P. Aleluya.)
Salmo 117
HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA
Jesús es la piedra que desechásteis
vosotros, los arquitectos, y que se ha
convertido en piedra angular (Hch 4,11)
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
"La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Antífona 2
Para varios mártires: Los santos han llegado al reino con la palma del martirio, y de la mano de Dios han recibido una corona de gloria.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: El que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
(T. P. Aleluya.)
Salmo 117 II.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el, Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Se puede repetir la antífona.
Antífona 3
Para varios mártires: Los mártires murieron por Cristo, pero ahora viven eternamente.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.
(T. P. Aleluya.)
Cántico 1 Pe 2, 21b-24
PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
Él no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando le insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Se puede repetir la antífona.
LECTURA BREVE
Fuera del tiempo pascual: Rm. 8, 35. 37-39
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia?
¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El Peligro? ¿La espada? En
todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido
de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro,
ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni creatura alguna, podrá apartamos
del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Tiempo pascual: Ap 3, 10-12
Porque has guardado la palabra de mi constancia, yo también te guardaré en la
hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero, para probar a los
habitantes de la tierra. Llegaré pronto: sostén lo que tengas, para que nadie
te quite tu corona. Al que venza lo haré columna en el templo de mi Dios,
y ya nunca saldrá fuera, y sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre
de la ciudad de mi Dios, de la nueva Jerusalén, que baja del cielo desde mi Dios,
y mi nombre nuevo.
RESPONSORIO BREVE
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
V. Las almas de los justos están en las manos de Dios.
R. Las almas de los justos están en las manos de Dios.
V. Y no los alcanzará tormento alguno.
R. Las almas de los justos están en las manos de Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Las almas de los justos están en las manos de Dios.
Para un mártir:
V. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
R. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
V. Lo colocaste por encima de todas las creaturas.
R. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo coronaste, Señor, de gloria y dignidad.
Para una mártir:
V. El Señor la eligió y la predestinó.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
Tiempo pascual:
V. Santos y justos, alegraos en el Señor. Aleluya, aleluya.
R. Santos y justos, alegraos en el Señor. Aleluya, aleluya.
V. Dios os ha elegido como herencia suya.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Santos y justos, alegraos en el Señor. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires: A éstos pertenece el reino de los cielos,
porque no sobrepreciaron la vida de la tierra, y, lavando sus túnicas con la sangre del Cordero,
alcanzaron los premios del reino eterno.
Para un mártir: Este santo combatió hasta la muerte por ser fiel al Señor,
sin temer las amenazas de los enemigos; estaba cimentado sobre roca firme.
Para una mártir: Se ciñó la cintura con firmeza y desplegó la fuerza de sus brazos;
por ello, no se apagará nunca más su lámpara.
Tiempo pascual: Una luz sin ocaso iluminará a tus santos, Señor, y la eternidad los esclarecerá. Aleluya.
PRECES
En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz,
aclamemos al Rey de los mártires, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Te damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo.
Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos
y les das parte en los premios de tu reino.
Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna.
Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, una de las siguientes:
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires N. y N.
la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que,
a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre
con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Que la poderosa intercesión de los santos mártires N. y
N. sea nuestra ayuda, Señor, y que su oración nos haga
fuertes en la confesión intrépida de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las mártires vírgenes:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de las santas N. y
N., concédenos la ayuda de sus méritos, ya que has querido iluminarnos
con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las santas mujeres mártires:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de las santas mártires
N. y N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ellas vencieron
los tormentos del martirio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para un mártir:
Dios de poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir san N. para que pudiera resistir el dolor de su martirio,
concédenos que quienes celebramos hoy el día de su victoria, con tu protección, vivamos libres de las asechanzas del enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a san N. luchar por la fe hasta derramar su sangre, haz que,
ayudados por su intercesión, soportemos por tu amor nuestras dificultades y con valentía caminemos hacia ti que eres la fuente de toda vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una mártir virgen:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de santa N., concédenos la ayuda de sus méritos,
ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una santa mujer mártir:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de la santa mártir
N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ella venció los tormentos del martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tiempo pascual:
Para varios mártires:
Señor y Dios nuestro, que nos das constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los santos
N. y N., participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo,
en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Concédenos, Señor, llenarnos de alegría, al celebrar la fiesta de tus mártires N. y N.,
que murieron con muerte gloriosa y derramaron su sangre con valentía por confesar la muerte y resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Para un mártir:
Señor, tú que has hecho más hermosa a la Iglesia al glorificar con el triunfo del martirio a san N.,
concédenos, te rogamos, que así como a él le diste la gracia de imitar con su muerte la pasión de Cristo, alcancemos nosotros,
siguiendo las huellas de tu mártir, los premios eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Proclamamos, Señor, tu poder y humildemente te pedimos que, así como concediste a san N.
ser fiel imitador de la pasión de Cristo, así nos otorgues a nosotros que la fortaleza que manifestó en su martirio
sea sostén de nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una virgen mártir:
Padre nuestro del cielo, que hoy nos alegras con la fiesta anual de santa N.
(de las santas N. y
N.), concédenos la ayuda de sus méritos a los que hemos sido iluminados con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una santa mujer mártir:
Padre todopoderoso, por gracia tuya la fuerza se realiza en la debilidad; por eso te pedimos que a cuantos celebramos el triunfo
de tu mártir santa N. ( de tus mártires santas N. y N.),
nos concedas el don de fortaleza con el que ella salió vencedora (ellas salieron vencedoras)
en el martirio. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oficio de Lectura
HIMNO
Testigos de amor
de Cristo Señor,
mártires santos.
Rosales en flor
de Cristo el olor,
mártires santos.
Palabras en luz
de Cristo Jesús,
mártires santos.
Corona inmortal
del Cristo total,
mártires santos. Amén.
SALMODIA
Ant. 1: Todos os odiarán por mi nombre; pero el que persevere hasta el fin se salvará.
Salmo 2
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo.»
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo.»
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza.»
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!
Ant. 1: Todos os odiarán por mi nombre; pero el que persevere hasta el fin se salvará.
Ant. 2: Los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.
Salmo 10
Dichosos los que tienen hambre
y sed de ser justos, porque ellos
quedarán saciados. (Mt 5, 6)
Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«Escapa como un pájaro al monte,
porque los malvados tensan el arco,
ajustan las saetas a la cuerda,
para disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando fallan los cimientos,
¿qué podrá hacer el justo?»
Pero el Señor está en su templo santo,
el Señor tiene su trono en el cielo;
sus ojos están observando,
sus pupilas examinan a los hombres.
El Señor examina a inocentes y culpables,
y al que ama la violencia, él lo detesta.
Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les tocará en suerte un viento huracanado.
Porque el Señor es justo y ama la justicia:
los buenos verán su rostro.
Ant. 2: Los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá.
Ant. 3: El Señor probó a los elegidos como oro en el crisol, y los recibió como sacrificio de holocausto para siempre.
Salmo 16
En los días de su vida mortal presentó ora-
ciones y súplicas y fue escuchado (Hb 5,7)
Señor, escucha mí apelación,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño:
emane de ti la sentencia,
miren tus ojos la rectitud.
Aunque sondees mi corazón,
visitándolo de noche,
aunque me pruebes al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no ha faltado
como suelen los hombres;
según tus mandatos yo me he mantenido
en la senda establecida.
Mis pies estuvieron firmes en tus caminos,
y no vacilaron mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu misericordia,
tú que salvas de los adversarios
a quien se refugia a tu derecha.
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme
de los malvados que me asaltan,
del enemigo mortal que me cerca.
Ant. 3: El Señor probó a los elegidos como oro en el crisol, y los recibió como sacrificio de holocausto para siempre.
Para un mártir:
V. Me asaltaban angustias y aprietos.
R. Tus mandatos son mi delicia.
Para varios mártires:
V. Nosotros esperamos en el Señor.
R. Él es nuestro auxilio y escudo.
Laudes
INVITATORIO
V. Señor, abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
Puede añadirse el salmo invitatorio, con la siguiente antífona:
Ant.: Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires. (T. P. Aleluya.)
HIMNO
Para varios mártires:
Testigos de la sangre
con sangre rubricada,
frutos de amor cortados
al golpe de la espada.
Testigos del amor
en sumisión callada;
canto y cielo en los labios
al golpe de la espada.
Testigos del dolor
de vida enamorada;
diario placer de muerte
al golpe de la espada.
Testigos del cansancio
de una vida inmolada
a golpe de Evangelio
y al golpe de la espada.
Demos gracias al Padre
por la sangre sagrada;
pidamos ser sus mártires,
y a cada madrugada
poder morir la vida
al golpe de la espada. Amén.
Para un mártir:
Palabra del Señor ya rubricada
es la vida del mártir, ofrecida
como prueba fiel de que la espada
no puede ya truncar la fe vivida.
Fuente de fe y de luz es su memoria,
coraje para el justo en la batalla
del bien, de la verdad, siempre victoria
que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.
Martirio es el dolor de cada día,
si en Cristo y con amor es aceptado,
fuego lento de amor que en la alegría
de servir al Señor es consumado.
Concédenos, oh Padre, sin medida,
y tú, Señor Jesús crucificado,
el fuego del Espíritu de vida
para vivir el don que nos has dado. Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Para varios mártires: En medio de sus tormentos, los mártires de Cristo contemplaban su gloria y decían: «Ayúdanos, Señor.»
(T.P. Aleluya.)
Para un mártir: Te alabarán mis labios, Señor, porque tu gracia vale más que la vida.
(T.P. Aleluya.)
Salmo (62, 2-9)
El ALMA SEDIENTA DE DIOS
Madruga por Dios todo el que re-
chaza las obras de las tinieblas.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo:
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Se puede repetir la antífona.
Antífona 2
Para varios mártires, fuera del tiempo de Cuaresma:
Almas y espíritus justos, cantad un himno a Dios, Aleluya.
Para varios mártires, en tiempo de Cuaresma: Mártires del Señor, bendecid al Señor por los siglos.
Para un mártir: Mártires del Señor, bendecid al Señor por los siglos. (T. P. Aleluya.)
Cántico (Dn 3, 57-88. 56)
TODA LA CREACION ALABE AL SEÑOR
Alabad al Señor sus siervos todos.
(Ap 19, 5)
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;.
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Se puede repetir la antífona.
Antífona 3
Para varios mártires: Mártires del Señor, alabad al Señor en el cielo.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: "Al vencedor lo pondré de columna en mi santuario", dice el Señor.
(T. P. Aleluya.)
Salmo 149
ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Los hijos de la Iglesia, nuevo
pueblo de Dios, se alegran en su
Rey, Cristo, el Señor. (Hesiquio)
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Se puede repetir la antífona.
LECTURA BREVE
Fuera del tiempo pascual: 2Co 1, 3-5
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo;
él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación,
mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de
Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.
Tiempo pascual: (1Jn 5, 3-5)
En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos.
Y sus mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de Dios vence al mundo.
Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿quién es el que vence al mundo,
sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
RESPONSORIO BREVE
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
V. Los justos viven eternamente.
R. Los justos viven eternamente.
V. Reciben de Dios su recompensa.
R. Viven eternamente.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Los justos viven eternamente.
Para un mártir:
V. El Señor es mi fuerza y mi energía.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
V. Él es mi salvación.
R. Y mi energía.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor es mi fuerza y mi energía.
Tiempo pascual:
V. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
R. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
V. Vivirán en el gozo y la exultación.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. La alegría eterna coronará a los santos. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires: Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
Para un mártir: El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.
Tiempo pascual: Estad alegres y contentos, santos de Dios, pues vuestra recompensa es grande en el cielo. Aleluya.
PRECES
Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios,
aclamémosle, diciendo:
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe,
concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.
Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,
concédenos, Señor, la integridad y la constancia de la fe.
Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus pasos,
concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.
Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero,
concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, una de las siguientes:
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires N. y
N. la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo:
concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti,
nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Que la poderosa intercesión de los santos mártires N. y
N. sea nuestra ayuda, Señor, y que su oración nos haga fuertes en la confesión intrépida de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las mártires vírgenes:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de las santas N. y
N., concédenos la ayuda de sus méritos, ya que has querido iluminarnos
con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las santas mujeres mártires:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de las santas mártires
N. y N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ellas vencieron
los tormentos del martirio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para un mártir:
Dios de poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir san N. para que pudiera resistir el dolor de su martirio,
concédenos que quienes celebramos hoy el día de su victoria, con tu protección, vivamos libres de las asechanzas del enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a san N. luchar por la fe hasta derramar su sangre, haz que,
ayudados por su intercesión, soportemos por tu amor nuestras dificultades y con valentía caminemos hacia ti que eres la fuente de toda vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una mártir virgen:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de santa N., concédenos la ayuda de sus méritos,
ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una santa mujer mártir:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de la santa mártir
N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ella venció los tormentos del martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tiempo pascual:
Para varios mártires:
Señor y Dios nuestro, que nos das constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los santos
N. y N., participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo,
en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Concédenos, Señor, llenarnos de alegría, al celebrar la fiesta de tus mártires
N. y N., que murieron
con muerte gloriosa y derramaron su sangre con valentía por confesar la muerte y resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Para un mártir:
Señor, tú que has hecho más hermosa a la Iglesia al glorificar con el triunfo del martirio a san N.,
concédenos, te rogamos, que así como a él le diste la gracia de imitar con su muerte la pasión de Cristo, alcancemos nosotros,
siguiendo las huellas de tu mártir, los premios eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Proclamamos, Señor, tu poder y humildemente te pedimos que, así como concediste a san N.
ser fiel imitador de la pasión de Cristo, así nos otorgues a nosotros que la fortaleza que manifestó en su martirio
sea sostén de nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una virgen mártir:
Padre nuestro del cielo, que hoy nos alegras con la fiesta anual de santa N.
(de las santas N. y
N.), concédenos la ayuda de sus méritos a los que hemos sido iluminados con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una santa mujer mártir:
Padre todopoderoso, por gracia tuya la fuerza se realiza en la debilidad; por eso te pedimos que a cuantos celebramos el triunfo
de tu mártir santa N. (de tus mártires santas N. y N.),
nos concedas el don de fortaleza con el que ella salió vencedora (ellas salieron vencedoras)
en el martirio. Por nuestro Señor Jesucristo.
hora intermedia
LECTURA BREVE
Tercia 1Pe, 5, 10-11
Tras un breve padecer, el Dios de toda gracia, que os ha llamado a su eterna
gloria en Cristo Jesús, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá.
A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Señor lo revistió con un manto de gloria.
R. Y puso sobre su cabeza la corona de vencedor.
La oración conclusiva como en las Laudes.
Sexta St 1, 12
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la
corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman.
V. En Dios confío y no temo.
R. ¿Qué podrá hacerme un mortal?
La oración conclusiva como en las Laudes.
Nona Sb 3, 1-2a.3b
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará tormento
alguno. Creyeron los insensatos que habían muerto; pero ellos están en la paz.
V. Al volver, vuelven cantando.
R. Trayendo sus gavillas.
II Vísperas
HIMNO
Para varios mártires:
Espíritus sublimes,
¡oh mártires gloriosos!,
felices moradores
de la inmortal Sión,
rogad por los que luchan
en las batallas recias,
que alcancen la victoria
y eterno galardón.
¡Oh mártires gloriosos
de rojas vestiduras,
que brillan con eternos
fulgores ante Dios!
Con vuestro riego crezca
de Cristo la semilla,
y el campo de las mieses
se cubra ya en sazón. Amén.
Para un mártir:
Oh Dios, que eres el premio, la corona
y la suerte de todos tus soldados,
líbranos de los lazos de las culpas
por este mártir a quien hoy cantamos.
Él conoció la hiel que está escondida
en la miel de los goces de este suelo,
y, por no haber cedido a sus encantos,
está gozando los del cielo eterno.
Él afrontó con ánimo seguro
lo que sufrió con varonil coraje,
y consiguió los celestiales dones
al derramar por ti su noble sangre.
Oh piadosísimo Señor de todo,
te suplicamos con humilde ruego
que, en el día del triunfo de este mártir,
perdones los pecados de tus siervos.
Gloria eterna al divino Jesucristo,
que nació de una Virgen impecable,
y gloria eterna al Santo Paracleto,
y gloria eterna al sempiterno Padre. Amén.
SALMODIA
Antífona 1
Para varios mártires: Los cuerpos de los santos fueron sepultados en paz, y su fama vive por generaciones.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y se venga conmigo.
(T. P. Aleluya.)
Salmo 114
ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
“Señor salva mi vida.”
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi alma de la muerte,
de mis ojos las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Se puede repetir la antífona.
Antífona 2
Para varios mártires: Vi las almas de los sacrificados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.
(T. P. Aleluya.)
Para un mártir: A quien me sirva, mi Padre del cielo lo premiará.
(T. P. Aleluya.)
Salmo 115
ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!”
Yo decía en mi apuro:
“Los hombres son unos mentirosos.”
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Se puede repetir la antífona.
Antífona 3
Para varios mártires: Éstos son aquellos santos que entregaron sus cuerpos para ser fieles a la alianza de Dios y han lavado sus vestiduras
con la sangre del Cordero. (T. P. Aleluya.)
Para un mártir: El que pierda su vida por mí la encontrará para siempre. (T. P. Aleluya.)
Cántico Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
HIMNO A DIOS CREADOR
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Se puede repetir la antífona.
LECTURA BREVE
Fuera del tiempo pascual: 1Pe 4, 13-14
Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo.
Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
Tiempo pascual: Ap 7, 14-17
Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero.
Por eso están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.
Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los molestará el sol ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los
manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
RESPONSORIO BREVE
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
V. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
V. Aclamadlo, los rectos de corazón.
R. Y gozad con el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Para un mártir:
V. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
V. Nos refinaste como refinan la plata.
R. Pero nos has dado respiro.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Oh Dios, nos pusiste a prueba, pero nos has dado respiro.
Tiempo pascual:
V. Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya.
R. Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya.
V. Y se alegrarán los rectos de corazón.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Resplandecerán los justos en presencia de Dios. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Antífona
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires: Se alegran en el cielo los santos que siguieron las huellas de Cristo;
y, porque lo amaron hasta derramar su sangre, reinan con el Señor eternamente.
Para un mártir: Los santos tienen su morada en el reino de Dios, y allí han encontrado descanso eterno.
Tiempo pascual:
Para varios mártires: Alegraos, santos, ante el trono del Cordero; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Aleluya.
Para un mártir: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero, si muere, da mucho fruto. Aleluya.
PRECES
En esta hora en la que el Señor, cenando con sus discípulos, presentó al Padre su propia vida que luego entregó en la cruz,
aclamemos al Rey de los mártires, diciendo:
Te glorificamos, Señor.
Te damos gracias, Señor, principio, ejemplo y rey de los mártires, porque nos amaste hasta el extremo.
Te damos gracias, Señor, porque no cesas de llamar a los pecadores arrepentidos
y les das parte en los premios de tu reino.
Te damos gracias, Señor, porque hoy hemos ofrecido, como sacrificio para el perdón de los pecados, la sangre de la alianza nueva y eterna.
Te damos gracias, Señor, porque con tu gracia nos has dado perseverar en la fe durante el día que ahora termina.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Te damos gracias, Señor, porque has asociado a nuestros hermanos difuntos a tu muerte.
Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo: Padre nuestro.
Oración
Se dice la oración propia o, en su defecto, una de las siguientes:
Fuera del tiempo pascual:
Para varios mártires:
Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires N. y N.
la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que,
a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Que la poderosa intercesión de los santos mártires N. y N.
sea nuestra ayuda, Señor, y que su oración nos haga fuertes en la confesión intrépida de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las mártires vírgenes:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de las santas N. y N.,
concédenos la ayuda de sus méritos, ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para las santas mujeres mártires:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de las santas mártires
N. y N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ellas vencieron
los tormentos del martirio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para un mártir:
Dios de poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir san N. para que pudiera resistir el dolor de su martirio,
concédenos que quienes celebramos hoy
el día de su victoria, con tu protección, vivamos libres de las asechanzas del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
O bien:
Dios todopoderoso y eterno, que concediste a san N. luchar por la fe hasta derramar su sangre, haz que,
ayudados por su intercesión, soportemos por tu amor nuestras dificultades y con valentía caminemos hacia ti que eres la fuente de toda vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una mártir virgen:
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de santa N., concédenos la ayuda de sus méritos,
ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Para una santa mujer mártir:
Señor, ya que por don tuyo la fuerza se realiza en la debilidad, concede a cuantos estamos celebrando la victoria de la santa mártir
N. que obtengamos la fortaleza de vencer nuestras dificultades como ella venció los tormentos del martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Tiempo pascual:
Para varios mártires:
Señor y Dios nuestro, que nos das constancia en la fe y fortaleza en la debilidad, concédenos, por el ejemplo y los méritos de los santos
N. y N., participar en la muerte y resurrección de tu Hijo para que también gocemos contigo,
en compañía de tus mártires, de la plena alegría de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Concédenos, Señor, llenarnos de alegría, al celebrar la fiesta de tus mártires
N. y N., que murieron
con muerte gloriosa y derramaron su sangre con valentía por confesar la muerte y resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
Para un mártir:
Señor, tú que has hecho más hermosa a la Iglesia al glorificar con el triunfo del martirio a san N.,
concédenos, te rogamos, que así como a él le diste la gracia de imitar con su muerte la pasión de Cristo, alcancemos nosotros,
siguiendo las huellas de tu mártir, los premios eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Proclamamos, Señor, tu poder y humildemente te pedimos que, así como concediste a san N.
ser fiel imitador de la pasión de Cristo, así nos otorgues a nosotros que la fortaleza que manifestó en su martirio
sea sostén de nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una virgen mártir:
Padre nuestro del cielo, que hoy nos alegras con la fiesta anual de santa N. (de las santas N.
y N.), concédenos la ayuda de sus méritos a los que hemos sido iluminados con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Para una santa mujer mártir:
Padre todopoderoso, por gracia tuya la fuerza se realiza en la debilidad; por eso te pedimos que a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa
N. (de tus mártires santas N. y N.), nos concedas el don de fortaleza
con el que ella salió vencedora (ellas salieron vencedoras) en el martirio.
Por nuestro Señor Jesucristo.