Capítulo I


Bautismo de varios niños


32. El Bautismo ha de celebrarse, dentro de lo posible en domingo, día en que la Iglesia conmemora el Misterio Pascual, y en la celebración común para todos los nacidos recientemente, a la que asistirán los fieles, al menos los familiares, amigos y vecinos, quienes participan activamente.
Cuando se celebra en la Vigilia pascual o dentro de la Misa, véanse las indicaciones de los nn. 28-30.


33. Corresponde al padre y a la madre, acompañados por los padrinos, presentar al niño a la Iglesia para el Bautismo.

34. Si los bautizandos son numerosos y asisten varios sacerdotes o diáconos, éstos pueden ayudar a realizar algunos ritos tal como está indicado en los lugares correspondientes.


Recepción de los niños

35. Mientras los fieles, según las circunstancias, cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o diácono celebrante, revestido con alba o sobrepelliz y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se dirige con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde estén reunidos los padres y padrinos con los bautizandos.

36. El celebrante saluda a los presentes, especialmente a los padres y padrinos, evocando con pocas palabras el gozo con que los padres han recibido a sus hijos como don de Dios, que es la fuente de toda vida, y ahora quiere regalarles su propia Vida con abundancia.

36. El celebrante saluda al pueblo con estas u otras palabras semejantes:
Hermanos:
Bienvenidos a la casa de Dios
para celebrar estos Bautismos.
Que este encuentro con el Señor les reavive la fe
y que su paz y alegría estén ahora y siempre con ustedes.

R. Y con tu espíritu.

El celebrante interroga a los padres de cada niño:
¿Qué nombre pusieron a su hijo(a)?

Padres:
N.

Celebrante:

¿Qué piden a la Iglesia de Dios para N.?

Padres:
El Bautismo.
(o la Fe o la Gracia de Cristo o la Entrada en la Iglesia o la Vida eterna).

El celebrante, en este diálogo, puede emplear otras palabras. La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres del lugar, tiene el derecho de imponer el nombre.

38. Si los bautizandos son numerosos, el celebrante preguntará a todos juntos el nombre de los niños y cada familia responde una tras otra. La segunda pregunta puede hacerse en plural a todos juntos.

Si el número de los bautizados es demasiado grande, la pregunta sobre el nombre que se impondrá puede suprimirse.


39. El celebrante dirige a los padres estas u otras palabras semejantes:
Ustedes, que han pedido el Bautismo para sus hijos, ¿saben que contraen el compromiso de educarlos en la fe, para que cumplan los mandamientos de Dios, amando al Señor y a su prójimo como Cristo nos enseñó?

Padres:
Sí, lo sabemos.

Cada familia responde por separado, pero si los bautizandos son numerosos, pueden responder simultáneamente.

40. El celebrante, dirigiéndose a los padrinos, los interroga con estas u otras palabras semejantes:
Ustedes, los padrinos,
¿están dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?

Los padrinos responden todos juntos:
Sí, estamos dispuestos.

41. El celebrante prosigue, diciendo:
N.
y N., (Niños)
la Iglesia de Dios los recibe con gran alegría.
En su nombre yo los marco con la señal de la cruz;
y también sus padres (y padrinos)
los marcarán con la misma señal de Cristo Salvador.

Y signa a cada niño en la frente, en silencio. Luego invita a los padres y, si pareciera oportuno, también a los padrinos, a hacer lo mismo.

42. El celebrante invita a los padres, padrinos y a los demás asistentes a participar en la celebración de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión hacia el lugar previsto cantando, por ejemplo, el Salmo 84, 7.8.9ab. (p. 157).

43. Se puede llevar a los bautizandos a un lugar aparte mientras se celebra la liturgia de la Palabra.


Liturgia de la Palabra


Lecturas bíblicas y homilía

44. Se lee uno de los textos que se proponen a continuación, o se eligen otros que figuran en el Leccionario para la celebración del Bautismo de niños (pp. 147-171) o bien, otros textos bíblicos apropiados, de acuerdo con el deseo o mayor provecho de los padres. Entre las lecturas conviene cantar los salmos responsori­ales y versículos que se proponen.

I

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 28, 18-20

Hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Jesús resucitado dijo a los once discípulos: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo».

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 9-11

Al salir del agua vio que el Espíritu Santo descendía sobre él

Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».

Palabra del Señor.

*p. 36

*Indica la página donde continúa el rito.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 10, 13-16

Dejen que los niños se acerquen a mi

Le trajeron a Jesús unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen que los niños se acerquen a mi y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Les aseguro que el que no reábe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.

*p. 36

IV

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 3, 1-6

El que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él».
Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios».
Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?»
Jesús le respondió: «Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu».

Palabra del Señor.

* Otras lecturas, ver Leccionario, pp. 147-171.

45. Después de las lecturas, el celebrante hace una breve homilía para ilustrar a los fieles sobre lo que han oído, llevándolos a una comprensión más profunda del misterio del Bautismo e invitándolos a abrazar con entusiasmo la misión que les es propia como padres y padrinos.

46. Después de la homilía o de la Oración de los fieles, se recomienda un momento de silencio en el que, invitados por el celebrante, todos oran interiormente al Señor. Luego, si se diera la ocasión, se entona un canto apropiado o una aclamación.


Oración de los fieles


47. A continuación se hace la Oración de los fieles, con una de las fórmulas siguientes o con otras semejantes a ejemplo de estas.


I

Queridos hermanos: Invoquemos la misericordia de nuestro Señor Jesucristo por estos niños que van a recibir la gracia del Bautismo, por sus padres, padrinos y por todos los bautizados.

L. Para que, por el misterio de su muerte y resurrección, Él haga renacer a estos niños y los incorpore a la santa Iglesia. Oremos.

R. Te rogamos, Señor.

- Para que, por medio del Bautismo y la Confirmación, los haga fi­eles discípulos y testigos de su Evangelio. Oremos.

- Para que los conduzca a la felicidad de su Reino, por medio de una vida santa. Oremos.

- Para que ayude a sus padres y padrinos a iluminar la vida de estos niños con el ejemplo de su fe. Oremos.

- Para que conserve siempre en su amor a las familias de estos niños. Oremos.

- Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Oremos.

*p. 41

II

Hermanos: Dios Todopoderoso nos llamó a la santidad y nos incorporó a su pueblo elegido, haciéndonos partícipes de su sacerdocio. Invoquemos, entonces, su misericordia para estos niños que recibirán la gracia del Bautismo, para sus padres y padrinos, y para todos los bautizados, respondiendo: Escúchanos, Señor.

L. Para que por medio del Bautismo el Señor incorpore a estos niños a su Iglesia. Oremos.

- Para que, marcados con el signo de la cruz, sean testigos de Cristo, Hijo de Dios, durante toda su vida. Oremos.

- Para que participando de la muerte de Cristo, por medio del Bautismo, participen también de su resurrección. Oremos.

- Para que con la ayuda de la palabra y el ejemplo de sus padres y padrinos, puedan crecer como miembros vivientes de la Iglesia. Oremos.

- Para que el Espíritu Santo renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Oremos.

- Para que todos los discípulos de Cristo, bautizados en un solo cuerpo, vivamos siempre unidos en la fe y el amor. Oremos.

*p. 41

III

Queridos hermanos: Invoquemos la misericordia de nuestro Señor Jesucristo orando por estos niños que van a recibir la gracia del Bautismo, por sus padres, padrinos y por todos los bautizados.

L. Para que estos niños se conviertan en hijos adoptivos de Dios, por medio del Bautismo. Roguemos al Señor.

R. Escúchanos Señor.

- Para que como sarmientos unidos a la vid, lleguen a ser por su fe, discípulos fi­eles de Cristo. Roguemos al Señor.

- Para que, cumpliendo con fidelidad los preceptos de Cristo, permanezcan siempre en su amor, y llenos de entusiasmo anuncien su Evangelio a los hombres. Roguemos al Señor.

- Para que santificados por la gracia de Cristo, nuestro Salvador, consigan la herencia eterna. Roguemos al Señor.

- Para que sus padres y padrinos los eduquen en el amor y sabiduría que vienen de Dios. Roguemos al Señor.

- Para que todos los hombres lleguen a participar de la Vida nueva que nos da el Bautismo. Roguemos al Señor.

*p 41

IV

Hermanos: Dios todopoderoso nos llamó para participar de su sacerdocio real, ser una nación santa y un pueblo de su propiedad. Invoquemos entonces su misericordia orando por estos niños que van a recibir la gracia del Bautismo, por sus padres, padrinos y por todos los bautizados.

L. Para que Dios se complazca en estos niños que, por medio del Bautismo, se convertirán en hijos suyos. Oremos.

R. Escúchanos, Señor.

- Para que renaciendo por medio del agua y del Espíritu Santo, vivan siempre animados de ese mismo Espíritu y testimonien ante los hombres la Vida nueva que de Él recibieron. Oremos.

- Para que superen las tentaciones del demonio y los atractivos del pecado. Oremos.

- Para que amen al Señor con todo su corazón, con toda su alma, con toda su fuerza, y al prójimo como a sí mismos. Oremos.

- Para que todos nosotros demos a estos niños el testimonio de nuestra fe. Oremos.

- Para que todos los que fuimos señalados con la cruz de Cristo en el Bautismo, manifestemos la condición de creyentes a través de nuestra conducta. Oremos.

*p 41

V

Invoquemos la misericordia de Cristo, orando por estos niños, por sus padres, padrinos y por todos los bautizados.

L. Para que por medio del agua y del Espíritu Santo estos niños renazcan para la Vida eterna Oremos.

R. Escúchanos, Señor.

- Para que se conviertan en miembros activos de la Iglesia. Oremos.

- Para que escuchen el Evangelio de Jesús y lo pongan en práctica, dando testimonio de Él con valentía. Oremos.

- Para que un día se acerquen alegremente a la mesa de la Eucaristía. Oremos.

- Para que amen a Dios y al prójimo como Jesús nos enseñó. Oremos.

- Para que instruidos por la palabra y el ejemplo de los cristianos, crezcan en santidad y sabiduría. Oremos.

- Para que todos los cristianos vivamos siempre unidos en la fe y el amor. Oremos.


48. Luego el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos. Si al comienzo de la liturgia de la Palabra los niños habían sido llevados aparte (cf. n. 43) pueden ser incorporados nuevamente en este momento.

Santa María, Madre de Dios
San Juan Bautista
San José
San Pedro y san Pablo
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
Ruega por nosotros.
Rueguen por nosotros

Conviene añadir los nombres de otros santos especialmente los patronos de los niños, de la iglesia o del lugar. Si los bautizandos son numerosos, estas invocaciones añadidas pueden omitirse.

Luego se concluye así:

Todos los santos y santas de Dios Rueguen por nosotros.


Oración de exorcismo y unción prebautismal

49. Terminadas las invocaciones, el celebrante dice:
Dios todopoderoso y eterno,
que enviaste a tu Hijo al mundo
para que nos librara del dominio de Satanás,
espíritu del mal,
y nos hiciera pasar de las tinieblas
al reino de tu luz admirable;
te pedimos, humildemente,
que libres a estos niños de la mancha original
y los conviertas en templos de tu gloria
a fin de que habite en ellos el Espíritu Santo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:
Amén.

*p. 43

O bien:

II

Señor Dios todopoderoso,
que enviaste a tu Hijo único
para que rescatara a los hombres
de la esclavitud del pecado
y les diera la libertad de los hijos de Dios;
sabes que estos niños van a experimentar las tentaciones
y las asechanzas del demonio.
Por esto te pedimos que,
en virtud de la pasión y resurrección de tu Hijo,
borres en ellos la mancha del pecado original
y los protejas a lo largo de la vida,
fortalecidos con la gracia de Cristo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

50. El celebrante prosigue:
Que la unción con el óleo sagrado
los defienda y fortalezca por el poder de Cristo Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

Cada niño es ungido en el pecho con el óleo de los catecúmenos. Si los niños son numerosos pueden ayudar otros ministros.

También puede omitirse la fórmula general anterior y, en ese caso, dice a cada uno en el momento de la unción:

Te fortalezca el poder de Cristo Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos.

R. Amén.

Imposición de la mano

* 51. El celebrante impone la mano sobre cada niño, sin decir nada.

52. Luego, si el bautisterio no está en el templo o no está a la vista de los fieles, se va allí en procesión. Pero si está a la vista de los fieles, el celebrante, los padres y los padrinos entrarán en él con los niños, mientras los demás permanecen en sus lugares.

Si el bautisterio no puede contener a todos, se permite celebrar el Bautismo en un lugar más adecuado, dentro del templo, al que se dirigirán los padres y los padrinos en el momento oportuno.

Mientras tanto, si puede hacerse dignamente, se entona un canto apropiado, por ejemplo el Salmo 22:
El Señor es mi pastor (p. 232).


Liturgia del sacramento


53. Al llegar a la fuente bautismal el celebrante recuerda brevemente a los asistentes el admirable designio de Dios que quiso santificar el alma y el cuerpo del hofnbre por el agua. Puede hacerlo con las palabras que se indican a continuación o con otras semejantes.

I

Celebrante:
Queridos hermanos:
Oremos a Dios todopoderoso para que,
por medio del agua y del Espíritu Santo
conceda la Vida nueva a estos niños

*p. 45

O bien:

II

Ustedes saben, queridos hermanos,
que Dios concede a los que creen,
la abundancia de su Vida por medio del agua bautismal.
Elevemos nuestro espíritu y oremos unidos al Señor,
para que Él haga brotar de esta fuente la gracia
que va a derramar sobre sus elegidos.


Bendición e invocación a Dios sobre el agua

54. Luego, mirando hacia la fuente bautismal, el celebrante dice, con las manos extendidas, esta bendición, fuera del tiempo pascual:
Señor Dios, que por medio de los signos sacramentales
realizas obras admirables con tu poder invisible,
y de diversas maneras has preparado el agua
para que significara la gracia del Bautismo.

Señor Dios, cuyo Espíritu aleteaba sobre las aguas
en los orígenes del mundo
para que ya desde entonces
concibieran el poder de santificar.

Señor Dios, que en las aguas torrenciales del diluvio
prefiguraste el nuevo nacimiento de los hombres,
para que el misterio de la misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

Señor Dios, que hiciste pasar por el mar Rojo
como por tierra fi­rme a los descendientes de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón
fuera imagen del pueblo de los bautizados.

Señor Dios, al ser bautizado en las aguas del Jordán,
tu Hijo fue ungido por el Espíritu Santo
y, suspendido en la Cruz,
hizo brotar de su costado sangre y agua,
y después de su resurrección mandó a sus discípulos:
«Vayan e instruyan a todas las naciones bautizándolas
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»:
mira a tu Iglesia y abre para ella la fuente del Bautismo.

Que esta agua reciba por el Espíritu Santo
la gracia de tu Hijo unigénito,
para que el hombre, creado a tu imagen,
por medio del sacramento del Bautismo
sea purificado de todos los pecados
y merezca resurgir como nueva creatura
del agua y el Espíritu Santo.

El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue:
Señor, te pedimos que por la gracia de tu Hijo
descienda sobre el agua de esta fuente
el poder del Espíritu Santo,
para que por el Bautismo,
sepultados con Cristo en su muerte,
resucitemos con Él a la Vida.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,
y es Dios, por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

*p 49

También pueden utilizarse las formulas II o III que se presentan a continuación, aunque se esté fuera del tiempo pascual.


Otras fórmulas a elección

55. Durante el tiempo pascual si hay agua bautismal bendecida en la Vigilia pascual, para que no falte en el Bautismo la acción de gracias y la súplica, se hace la bendición e invocación a Dios sobre el agua, según las fórmulas II y III que se indican a continuación, teniendo en cuenta la variación del texto final de las mismas.

II

Celebrante:
Bendito seas Dios,
Padre todopoderoso, que creaste el agua
para purificarnos y darnos la vida.

Todos:
Bendito seas, Señor. (O bien, otra aclamación adecuada)

Celebrante:

Bendito seas Dios, Hijo único, Jesucristo,
que hiciste brotar de tu costado sangre y agua,
para que por tu muerte y resurrección naciera la Iglesia.

Todos:
Bendito seas, Señor.

Celebrante:
Bendito seas Dios, Espíritu Santo,
que ungiste a Cristo
al ser bautizado en las aguas del Jordán,
para que todos fuéramos bautizados en ti.

Todos:
Bendito seas, Señor.


Cuando se tiene que bendecir el agua, el celebrante prosigue:
Señor, escúchanos
y santifica esta agua creada por ti,
para que los bautizados en ella
sean purificados del pecado
y renazcan a la Vida de hijos adoptivos tuyos.

Todos:
Escúchanos, Señor. (O bien, otra aclamación adecuada)

Celebrante:

Santifica esta agua creada por ti,
para que los bautizados con ella
en virtud de la muerte y resurrección de Cristo,
sean una fiel imagen de tu Hijo.

Todos:
Escúchanos, Señor.

El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue:
Santifica esta agua creada por ti,
para que los que tú has elegido
renazcan por medio del Espíritu Santo
y se incorporen a tu pueblo santo.

Todos:
Escúchanos Señor.

*p. 49


Cuando el agua bautismal ya está bendecida, omitida la invocación Señor escúchanos, y las que siguen, el celebrante dice:

Señor, por el misterio de esta agua bendecida,
conduce al renacimiento espiritual
a estos servidores tuyos (N. y N.),
llamados al Bautismo en la fe de tu Iglesia,
a fin de que posean la Vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos.
Amén.

*p. 49

III

Padre misericordioso,
que derramaste sobre nosotros
la Vida nueva de hijos tuyos
que brota de la fuente bautismal.

Todos:
Bendito seas. Señor. (O bien otra aclamación adecuada)

Celebrante:

Padre misericordioso,
que por medio del agua y del Espíritu Santo,
congregas en un solo pueblo
a todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo.

Todos:
Bendito seas, Señor.

Celebrante:
Padre misericordioso,
que por tu Espíritu de amor
derramado en nuestros corazones,
nos liberas para que gocemos de tu paz.

Todos:
Bendito seas, Señor.

Celebrante:
Padre misericordioso,
que eliges a los bautizados
para que anuncien alegremente el Evangelio de Cristo
a todos los pueblos.

Todos:
Bendito seas. Señor.

Cuando se tiene que bendecir el agua, el celebrante prosigue:
Bendice + esta agua
con la que van a ser bautizados
estos servidores tuyos (N. y N.)
llamados al Bautismo en la fe de tu Iglesia,
a fui de que alcancen la Vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:
Amén.

*p. 49


Cuando el agua bautismal ya está bendecida, omitida la invocación Bendice esta agua, el celebrante dice:
Señor,
por el misterio de esta agua bendecida,
conduce al renacimiento espiritual
a estos servidores tuyos (N. y N.),
llamados al Bautismo en la fe de tu Iglesia,
a fin de que posean la Vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:
Amén.


Renuncia y profesión de fe

*56. El celebrante exhorta a los padres y padrinos con estas palabras u otras semejantes:

Estimados padres y padrinos:
estos niños que han presentado a la Iglesia
van a recibir en el Bautismo,
por medio del agua y del Espíritu Santo,
una nueva Vida que procede del amor de Dios.
Traten de educarlos en la fe,
para que esa Vida divina sea preservada del pecado
y crezca en ellos día tras día.
Si están dispuestos a aceptar esta responsabilidad,
renueven su compromiso bautismal,
renunciando al pecado y profesando su fe en Jesucristo,
esa misma fe de la Iglesia,
en la que estos niños serán bautizados.

57. Luego, el celebrante interroga a los padres y padrinos con una de las fórmulas siguientes:

1* Fórmula

Celebrante:
¿Renuncian al Demonio?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian a todas sus obras?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian a todos sus engaños?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

*p. 52

2* Fórmula

Celebrante:
¿Renuncian al pecado,
para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian a los engaños del mal,
para no ser esclavos del pecado?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian al Demonio, que es el autor del pecado?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

*p. 52

3* Fórmula

Celebrante:
¿Renuncian a Satanás, esto es:
- al pecado, como negación de Dios;
- al mal, como signo del pecado en el mundo;
- al error, como negación de la verdad;
- a la violencia, como contraria a la caridad;
- al egoísmo, como falta de testimonio del amor?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian a las obras opuestas al Evangelio de Jesús, que son:
- la envidia y el odio;
- la pereza y la indiferencia;
- la cobardía y los acomplejamientos;
- el materialismo y la sensualidad;
- la injusticia y el favoritismo;
- el negociado y el soborno?

Padres y padrinos:
Sí. renuncio.

Celebrante:
¿Renuncian a los criterios y comportamientos que llevan a:
- creerse los mejores;
- verse siempre superiores;
- creerse ya convertidos del todo;
- buscar el dinero como el máximo valor;
- buscar el placer como única ilusión;
- buscar el propio interés por encima del bien común?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

* 58. Luego, el celebrante pide a los padres y padrinos que hagan la triple profesión de fe, diciendo:

¿Creen en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

Celebrante:
¿Creen en Jesucristo,
su único Hijo, nuestro Señor,
que nació de la Virgen María,
padeció y fue sepultado,
resucitó de entre los muertos
y está sentado a la derecha del Padre?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

Celebrante:
¿Creen en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la Vida eterna?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

59. El celebrante y la comunidad asienten a esta protesta de fe, diciendo:
Ésta es nuestra fe,
ésta es la fe de la Iglesia
la que nos gloriamos de profesar
en Jesucristo, nuestro Señor.

Todos:
Amén.

Si se juzga oportuno, esta formula puede ser reemplazada por otra, o bien, se puede entonar un canto apropiado mediante el cual la comunidad exprese su fe.

Rito del Bautismo


60. El celebrante invita a la primera de la» familias a acercarse a la fuente. Una vez que le han dicho el nombre del niño, interroga a los padres y padrinos:

¿Quieren que N. reciba el Bautismo,
en la fe de la Iglesia
que todos juntos hemos profesado?

Padres y padrinos:
Sí, queremos.

Enseguida, el celebrante bautiza al niño diciendo:

N.
, YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE,

derrama agua sobre la cabeza del niño o lo sumerge por primera vez

Y DEL HIJO,

derrama agua o lo sumerge por segunda vez

Y DEL ESPIRITU SANTO.

derrama agua o lo sumerge por tercera vez.

De igual manera, después de interrogar a los padres y padrinos, lo hace con cada bautizando. Después de cada Bautismo, el pueblo puede entonar una aclamación (cf. pp. 169-171).
Si el Bautismo se celebra por infusión, conviene que la madre o el padre sostenga al niño; pero, donde se acostumbre, puede sostener al niño la madrina o el padrino. Si el Bautismo se hace por inmersión, el niño es sacado de la fuente bautismal por las personas mencionadas.


61. Si los bautizandos son numerosos y asisten varios sacerdotes o diáconos, cada uno de ellos puede bautizar a algunos niños, según el modo y la fórmula arriba indicados. En este último caso, durante el Bautismo de los niños, la comunidad puede entonar aclamaciones o cánticos (cf. pp. 169-171). También pueden hacerse lecturas o guardarse un silencio meditativo. Finalizados los Bautismos puede entonarse el siguiente salmo u otro canto de acción de gracias:

Salmo 137

Ant. ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!

O bien:

¡Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque has oído las palabras de mi boca!


Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
porque has oído las palabras de mi boca,
te cantaré en presencia de los ángeles.
Me postraré ante tu santo templo.

Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad,
porque tu promesa ha superado tu renombre.
Me respondiste cada vez que te invoqué
y aumentaste la fuerza de mi alma.

El Señor está en las alturas
pero se fija en el humilde
y reconoce al orgulloso desde lejos.
Si camino entre peligros, me conservas la vida.

Tu derecha me salva.
El Señor lo hará todo por mí.
Tu amor es eterno, Señor,
¡no abandones la obra de tus manos!


Ritos que ilustran el sacramento


Unción posbautismal

62. El celebrante dice:
Dios todopoderoso,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que los liberó del pecado y los hizo renacer
por medio del agua y del Espíritu Santo,
los unge ahora con el crisma de la salvación,
para que incorporados a su pueblo
y permaneciendo unidos a Cristo,
sacerdote, profeta y rey, vivan eternamente.

Todos:
Amén.

A continuación, en silencio, el celebrante unge con el santo crisma la cabeza de cada bautizado. Si los bautizados son numerosos y hay varios presbíteros o diáconos, cada uno de éstos puede ungir con el crisma a algunos bautizados.


Imposición de la vestidura blanca

63. El celebrante dice:
N.
y N., son ya creaturas nuevas
y han sido revestidos de Cristo.
Que esta vestidura blanca
sea signo de la dignidad que han recibido,
y con la ayuda de la palabra
y el ejemplo de sus familiares
logren mantenerla siempre limpia
hasta la Vida eterna.

Todos:
Amén.

Y se impone a cada niño la vestidura blanca. No se admite un color distinto, a no ser que lo exija la costumbre local. Es preferible que las mismas familias proporcionen esta vestidura.


Entrega del cirio encendido


64. El celebrante toma el cirio pascual, o simplemente lo toca, mientras dice:
Reciban la luz de Cristo.

Un miembro de cada familia (por ejemplo, el padre o el padrino) enciende en el cirio pascual el cirio de cada niño.

Luego el celebrante añade:

A ustedes, padres y padrinos,
se les confía la misión de acrecentar esta luz
para que estos niños, iluminados por Cristo,
vivan siempre como hijos de la luz y,
perseverando en la fe,
puedan salir al encuentro del Señor,
con todos los santos, cuando Él vuelva.


Efeta

65. Si es oportuno se realiza el rito del «Efetá». El celebrante toca con el pulgar los oídos y la boca de cada bautizado, diciendo:
El Señor Jesús,
que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos,
te permita, muy pronto,
escuchar su palabra y profesar la fe
para gloria y alabanza de Dios Padre.

Todos:
Amén.

66. Si los bautizados son numerosos, el celebrante dice la fórmula una sola vez, en plural, sin tocar ni oídos ni boca.


Conclusión del rito

67. Si el Bautismo no se realizó en el presbiterio, se hace la procesión hada el altar, llevando los cirios encendidos de los recién bautizados.

Se recomienda que, durante la procesión, se entone un cántico bautismal, por ejemplo:

Los que han sido bautizados en Cristo,
han sido revestidos de Cristo. Aleluia, aleluia.

Otros cantos opcionales, en las pp. 201-245.

Padrenuestro

68. El celebrante, de pie ante el altar, se dirige a los padres y padrinos y también a los presentes con estas u otras palabras semejantes:
Hermanos: Estos niños que han renacido por medio del Bautismo, se llaman y son hijos de Dios. Ellos recibirán la plenitud del Espíritu Santo por medio de la Confirmación. Invocándolo como Padre en medio de su Iglesia, se acercarán al altar del Señor, para participar en la mesa de la Eucaristía. Ahora, en nombre de ellos, animados por el espíritu de hijos adoptivos que todos hemos recibido, oremos como el Señor nos enseñó.

69. Y todos dicen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.


Bendición y despedida

70. A continuación, el celebrante bendice a las madres, que tienen en sus brazos a sus hijos, y también a sus padres y a todos los presentes, con una de las fórmulas siguientes.

1* Fórmula

Dios todopoderoso, que por medio de tu Hijo,
nacido de la Virgen María,
alegras a las madres cristianas
con la esperanza de la Vida eterna para sus hijos,
bendice a estas madres para que, con sus hijos,
vivan siempre en acción de gracias.

Todos:
Amén.

Dios todopoderoso,
que das la vida humana y la Vida divina,
bendice a los padres de estos niños,
para que mediante la palabra y el ejemplo,
sean los primeros testigos de la fe
delante de sus hijos.

Todos:
Amén.

Dios todopoderoso,
que nos hiciste renacer a la Vida eterna
por medio del agua y del Espíritu Santo,
bendice a quienes aquí se han congregado
de manera que, siempre y en todas partes,
se comporten como miembros de tu pueblo
y concede tu paz a todos los aquí presentes.

Todos:
Amén.


Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre:

Todos:
Amén.

*p. 62

2* Fórmula

Dios todopoderoso, que por el nacimiento de tu Hijo
llenaste la tierra de alegría,
bendice a estos hermanos recién bautizados
para que se identifiquen plenamente con Cristo.

Todos:
Amén.

Dios todopoderoso,
que das la vida humana y la Vida divina,
bendice a los padres y a las madres de estos niños,
para que juntamente con ellos,
vivan siempre en acción de gracias.

Todos:
Amén.
Dios todopoderoso,
que nos hiciste renacer a la Vida divina
por medio del agua y del Espíritu Santo,
bendice a estos fieles
de manera que siempre y en todas partes
se comporten como miembros de tu pueblo,
y concede tu paz a todos los aquí presentes.

Todos:
Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

Todos:
Amén.

*p. 63

3* Fórmula

Dios, autor de la vida y del amor,
que enriqueces el corazón de las madres
con el don de la maternidad,
bendice a las madres de estos bautizados
y concédeles alegrarse con el crecimiento,
la virtud y el cariño de sus hijos.

Todos:
Amén.

Dios, modelo y autor de toda paternidad,
derrama tu bondad
sobre los padres de estos niños
para que, con su ejemplo,
los conduzcan a la plenitud de la vida cristiana.

Todos
Amén.

Dios, que cuidas con amor a todos los hombres,
protege con tu misericordia,
preserva de todo mal
y otorga una paz duradera
a todos los aquí reunidos,
a sus familiares y amigos.

Todos:
Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

Todos:
Amén.

*p. 62

4* Fórmula

Hermanos:
Los encomiendo a la gracia misericordiosa de Dios,
Padre todopoderoso, de su Hijo Jesucristo
y del Espíritu Santo.
Que Él los proteja para que iluminados por la fe,
ustedes y yo, alcancemos la herencia eterna.

Todos:
Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

Todos:
Amén.

71. Después de la bendición, cualquiera sea la formula empleada, el celebrante agrega:

Pueden ir en paz.

Todos:
Demos gracias a Dios.

Después de la despedida, si se juzga oportuno, puede entonarse un cántico apropiado que exprese la alegna pascual y la acción de gracias, o el cántico de la Virgen María, el Magníficat.

Donde se acostumbra presentar los niños bautizados en el altar de la Virgen, manténgase esta tradición. Ver p. 193.